Cuando entramos, siento
que el aire se enfría con el solo hecho de escuchar el chirrido de la
puerta abriéndose con una facilidad que asusta, aunque esto parezca que
sea solo por mí.
Neko parece muy feliz
mientras entra con pasos que parecen casi saltos de alegría. Kuroh, como
es habitual en él, mantiene su tranquila expresión y sigue a nuestra
alocada amiga hacia dentro, encendiendo una linterna. Como me quedo en
la entrada, se giran para mirarme con sus ojos llenos de preocupación.
—¿Pasa algo, Shiro? —pregunta Kuroh, acercándose a mí. Neko le sigue.
—¡Shiro! ¡No te quedes ahí! —refunfuña ella.
—Es que... no me da buena espina —sonrío nervioso.
—Shiro, mientras antes vayamos, antes recuperaremos la linterna esa de la gata tonta —me intenta convencer Kuroh.
—¡Idiota, no me digas tonta!
—Vamos, no pasará nada
—me coge de la mano, y si antes estaba ya nervioso, ese simple gesto es
lo que hace que mi cuerpo se vuelva repentinamente como gelatina, y noto
el calor que antes perdí volviendo de forma abrupta a mi rostro.
—D-de acuerdo —digo con
mi tono más bajo de lo habitual, y empiezo a caminar junto a él, sin
embargo no me suelta y, de cierto modo, lo agradezco.
Todo está bastante
tétrico, por llamarlo de alguna manera. El edificio fue en su tiempo de
esplendor, un hospital. Sin embargo, se fue abandonando ante la
innovación tecnológica y pasó a ser un manicomio que, debido a las
torturas que sufrían los pacientes de forma clandestina, se clausuró.
Muchas personas murieron en sufrimiento entre esas paredes, gritando,
resistiéndose...
—Shiro, los fantasmas no
existen —ríe Kuroh al notar mi duda y que mi mirada se dirigía a todos
los rincones que la linterna no iluminaba—. Encontremos la linterna y
ya.
Asiento, pero Neko
parece tan poco convencida como yo de las palabras de Kuroh. Se nota en
su temblorosa sonrisa y en su lento andar que está casi tan asustada
como yo. Sin embargo, sé que fue un reto de sus compañeros y no se irá
contenta hasta que encuentre una linterna que un chico dejó ahí cuando
escapó corriendo.
El reto era ese: ir por
la noche a por la linterna. Sin embargo, no pensaba permitir que fuera
ella sola, y Kuroh no nos dejaría ir solos, así que vinimos finalmente
los tres aquí.
Con su habitual carácter
sereno, Kuroh es muy buena compañía para calmar mis miedos, aunque no
tanto mis nervios. Parece hacerlo inconscientemente, pero su solo tacto
logra despertarme los sentidos que ni sabía que tenía. Y no es que sea
precisamente unos gestos muy bruscos ni demasiado atrevidos; con solo
acariciar la palma de mi mano con su dedo es suficiente para erizar los
vellos de mi cuerpo.
Doy un pequeño salto al
escuchar el chirrido de una puerta abriéndose, y Neko me imita. Ambos
nos pegamos a Kuroh con espanto, y él solo suspira.
—No es nada más que el viento, vamos.
Ninguno de los dos le
creemos del todo. Así que vamos caminando más juntos que antes, casi
pisándonos, y analizando cada rincón mientras Kuroh no hace más que
repetir frases de poesía relevantes a la valentía. Como no hay ningún
incidente pasado un tiempo, nos vamos relajando un poco, pues
está el crujido de las ratas en el desbaratado techo y el suelo
aquejándose a cada paso que damos en él, como si nos dijera que no somos
bienvenidos.
—¿Sabes dónde está la dichosa linterna? —pregunta Kuroh a Neko, quien asiente, temerosa.
—En la cuarta planta —responde—. Pero subir...
Kuroh bufa con clara
exasperación y la coge, echándosela al hombro como si de un saco de
patatas se tratase. Neko patalea exigiendo que la suelte, y yo solo
sonrío mientras me tapo la mano que antes sostenía mi compañero, pero
soltó cuando cargó a nuestra amiga. De repente, se siente más fría de lo
habitual, y sospecho que no es solo por el viento de la noche.
—Vamos, Shiro —me apura Kuroh mientras sube con la seguridad que a mí me falta.
—¡Dame un poco de tu valentía! —le recrimino mientras subo con cuidado de que un viejo escalón no ceda por mi peso.
Kuroh solo ríe mientras
Neko se aferra a él, desistiendo de pelear con Kuroh debido a que está
tan asustada como yo del crujir de la madera de esos escalones que
parecen a punto de romperse en mil pedazos y llevarnos directos al
abismo.
El olor a humedad no
ayuda para nada a mi estado de ánimo, y decido apoyarme en la oxidada
barandilla de hierro que está repleta de un color naranja amarronado
ante la luz de la linterna. Las sombras que forman la luna, que se
filtra por las grietas de las paredes y agujeros del techo, hacen que
esté pendiente de mi retaguardia.
Kuroh pasa como si nada
y, en cuanto llegamos a la primera planta, sigue subiendo a la segunda
con Neko, pero yo me detengo asustado al ver un retazo de tela que debe
pertenecer a un vestido o alguna prenda larga. Me agacho a tomarla, pero
me topo con un pinchazo que me hace retroceder y mi dedo sangra debido a
que un pequeño trozo de madera se ha incrustado a mi dedo índice.
Me convenzo que por la
escasa luz no he visto una astilla, y desisto de tomar la prenda. Sin
embargo, cuando trato de seguir a Kuroh, algo parece cogerme de la
chaqueta.
—Ayúdame...
Empieza a llover con
fuerza, una tempestad que parece dispuesta a tirar las ventanas y el
edificio entero. Las voces me piden ayuda, las sombras vienen a por mí.
Caigo, no puedo escapar...
—¿Shiro? ¿Qué haces ahí? Vámonos.
Abro los ojos y veo a
Kuroh con dos linternas y Neko, ya en el suelo, mirándome preocupada. Me
levanto y abrazo a Kuroh, y con el frío mitigándose con su calor, le
pido que no me suelte.
—Tranquilo... —me susurra mientras acaricia mis cabellos—. Nos vamos ya, ¿vale?
Sollozo mientras
asiento, y él me coge en brazos mientras me lleva de nuevo abajo. Solo
cuando salimos me siento aliviado, y me fijo que la lluvia no ha mojado
nada. Como si nunca...
Volteo a ver el edificio y, mientras sopla el viento, decido que jamás volveré a ir allí.
Salut, lectores
Bueno, este es el reto 2, que consiste de una historia de terror en un manicomio. Ala, pues ahí está :P
Tiene 1049 palabras con las justitas para no pasarme del limite, y es como la "conti" del anterior ejercicio, asi que están relacionados. Y están en primera persona :P
Se supone que es de terror. SE SUPONE. Aqui dejo la pegatina.
Espero que os haya gustado~
¿Merezco comentario voto? ¿Disparo? ¿Tartita?
Au revoir~. Nos leeremos pronto~.
¡Hola! Ahora sí que puedo comentar jajajaja.
ResponderEliminarEste relato me ha parecido más "individual" que el anterior. Es decir, creo que es más fácil leerlo fuera del contexto de toda la historia. Tiene un punto positivo que hagas una historia con todos los relatos y es que siempre tendrás el "heroico" asegurado, pero creo que es muy difícil lograr encajarlos todos seguidos y que tenga sentido cada uno individualmente. ¡Te deseo suerte!
Sobre el relato, me ha parecido menos loco y más fácil de seguir que el primero, también. No ha dado mucho miedo pero se ve que lo has intentado y es lo que cuenta jaja. La última frase que dejas abierta sobre que la lluvia no ha mojado nada creo que es la más conseguida para dar mal rollo, para mi gusto. El terror es súper difícil, por eso propusimos el objetivo y además hacer varios da puntos extra. Yo a ver como me enfrento a mis relatos de terror xD
En fin, fuiste la primera pegatina completa, creo, así que enhorabuena :D ¡Ánimo con el resto de meses y gracias por usar este blog, para nosotras será más sencillo!
Ah, recuerda para los próximos meses que hay que poner un enlace a nuestros blogs (en el primer relato sí los pusiste pero en este no). En este ya no hace falta que lo cambies. :)